El primer tiempo fue casi todo rojinegro, con mucha intensidad en la circulación de la pelota, buena presión, y varias situaciones claras a favor de San Martín.

En el segundo tiempo, también San Martín fue el protagonista. A los 30’, tras una asistencia de Tete Gorosito, Julián Mavilla se fue solo frente al arquero rival y definió bárbaro para desatar la LOCURA ROJINEGRA. Desde ahí, no hubo inconvenientes para el arco defendido por Bauti Eckerd.

ENORME partido en todas las líneas del equipo de Santiago Palmieri, que domingo tras domingo, refleja siempre lo trabajado durante la semana.
Intensidad, orden táctico, la pelota como protagonista, y sobre todo, AMOR POR SAN MARTÍN, es lo que caracteriza a este equipo.

GRACIAS, una vez más, por poner a San Martín donde merece estar.

Ahora, VAMOS POR TODO!